Aportes Filosóficos para la Producción Doctoral (Resumen)

Barrios Tibisay; Del Valle Numiralda; Hernández Clarismar
Aportes Filosóficos para la Producción Doctoral      (Resumen)   
El positivismo Se fundamenta en  Francis Bacon y Thomas Hobbes, perfeccionando luego en el siglo XVIII, especialmente por Hocke y Hume, en lo que se refiere a sus procedimientos inductivos. Se opone a la metafísica e intenta seguir los métodos de las ciencias naturales y aplicarlos a las ciencias humanas.  Fue a partir del biólogo A. Comte (1850), que se pueden distinguir tres orientaciones: el pragmatismo, que busca la verdad y la utilidad y está basado en el positivismo filosófico.  El operacionismo, que busca investigar los fenómenos sociales a través de indicadores medibles y se basa en el positivismo lógico y  el behaviorismo que observa el comportamiento visible y está basado en la filosofía analítica.
             A partir de este autor,  la filosofía del positivismo busca la explicación causal a través de un modelo orgánico de la sociedad, con una fuerte inclinación hacia el orden y el control de las variables de la investigación. Por lo tanto, su método, casi exclusivo, es el experimental.  El autor tambien afirma que únicamente la ciencia positiva o positivismo podrá hallar las leyes que gobiernan no sólo la naturaleza, sino la propia historia social, entendida como la sucesión y el progreso de determinados momentos históricos llamados estados sociales. De aquí surge la  ley de los tres estados y la idea de progreso que postula que la humanidad en su conjunto y el individuo como parte constitutiva, está determinado a pasar por tres estados sociales diferentes que se corresponden con distintos grados de desarrollo intelectual: el estado teológico o ficticio, el estado metafísico o abstracto y el estado científico o positivo. Con el nacimiento del materialismo dialéctico culmina en lo fundamental el proceso histórico que lleva a la filosofía a separarse y a formar una ciencia aparte, con su objeto específico de investigación.
            El Materialismo dialectico es una concepción filosófica científica del mundo, una de las partes componentes del marxismo, su base filosófica. Fue creado por Marx y Engels y ha sido objeto de ulterior estudio por parte de Lenin y otros marxistas. Surgió en la década de 1840 y se ha desarrollado en indisoluble conexión con los resultados de la ciencia y la práctica del movimiento obrero revolucionario. Su nacimiento representó una auténtica revolución en la historia del pensamiento humano y en la historia de la filosofía. En la formación del materialismo dialéctico influyó también de manera esencial el hecho de que se estructurara la concepción científica del desarrollo social y de las leyes del mismo  lo que es el Materialismo histórico. Sin la concepción materialista dialéctica del mundo habría sido imposible vencer al idealismo en su último refugio: la explicación de la esencia de la sociedad humana. Por otra parte, sin un enfoque materialista de la sociedad, sin un análisis de la práctica histórico-social y, ante todo, de la producción social como base del ser humano, habría sido igualmente imposible crear una concepción filosófica consecuente del mundo, explicar las leyes del conocimiento humano. Los fundadores del marxismo resolvieron este problema.
 La piedra angular del materialismo dialéctico es la teoría relativa a la naturaleza material del mundo, al hecho de que en el mundo no existe nada al margen de la materia y las leyes de su movimiento y cambio.  Es enemigo resuelto e inconciliable de todas las representaciones acerca de esencias sobrenaturales, cualesquiera que sean los ropajes de que las revistan las religiones y la filosofía idealista. La naturaleza se desarrolla y alcanza sus formas superiores, incluyendo la vida y la materia pensante, no gracias a una fuerza del más allá, sino  a causas dadas en ella misma, en sus leyes.
Racionalidad productiva: El concepto, según Hegel, es la incondicional o libre unidad del pensamiento y de la racionalidad. Es el pensamiento objetivo. Ahora, si se define al sujeto, no solamente como pensamiento sino como práctica social, entonces el concepto es la unidad entre el sujeto social real y la racionalidad de sus medios de producción de nuevas realidades efectivas. Esto es lo que diferencia a Hegel de Marx. Para Hegel, la actividad del sujeto universal es actividad del pensamiento, no concibe otra actividad trascendente que no sea la actividad del puro pensamiento. El sujeto par el es un sujeto abstracto, abstraído de su actividad práctico-sensible.   Una realidad que hoy es efectiva en tanto se corresponde con la racionalidad, más tarde deja de serlo, porque ya no se ajusta al nuevo concepto, porque el pensamiento sigue avanzando, es decir, las fuerzas productivas siguen avanzando, entonces lo que hoy es una realidad efectiva, lo que fue una realidad efectiva en la época post feudal, lo que el capitalismo fue una realidad efectiva en la época postfeudal, ahora deja de serlo, se convierte en una realidad ficticia
 Lo que para Hegel es el pensamiento, para Marx es el trabajo social, porque él suplanta la actividad del pensamiento universal por la actividad práctico sensible del sujeto social; en la que está incluido el pensamiento, porque el trabajo es la síntesis o unidad de la actividad pensante.  Si bien el hombre es el sujeto de la historia, esto surge sólo como resultado de la acción instrumental, acción que a fin de cuentas configurará el pensamiento y sociedad. Las racionalidades económica y productiva se presentan en Marx como naturales, derivadas de las necesidades humanas; la satisfacción de estas últimas depende de la eficiencia instrumental del proceso laboral. Así acoge despreocupadamente el ideal de maximización productiva: no critica al capitalismo por su racionalidad sino por la falta de ella, no propugna por un tipo de desarrollo de las fuerzas productivas sino el despliegue de éstas, no reflexiona sobre la eficiencia que defiende como un valor cultural instaurado precisamente por la sociedad burguesa.