LAS SOCIEDADES DEL APRENDIZAJE

LAS SOCIEDADES DEL APRENDIZAJE
            Cuando se habla de sociedad del conocimiento se  hace referencia  a un nuevo tipo de sociedad en la que la adquisición de los conocimientos no está confinada en las instituciones educativas es decir en el espacio, ni se limita a la formación inicial es decir en el tiempo. Significa que en un mundo complejo y cambiante las personas están obligadas a seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida.
             Autores como Peter Drucker, citado en el informe de la UNESCO (2005),  afirman que al tiempo que se arraigaba la noción de sociedad del aprendizaje, se diagnosticó la aparición de una sociedad del conocimiento  en la que lo más importante es aprender a aprender. Esta  concepción de la educación  coincidía con otras que  para 1972  decían que la educación ya no era el privilegio de una elite ni estaba vinculada a una determinada edad sino que  tiende a ser coextensiva a  la totalidad de la comunidad y con la duración de la existencia del individuo.
             Este es un interesante planteamiento, que en la actualidad es puesto en práctica y es aceptado por la mayoría de los investigadores del tema, por ello cada día se  cuestionan más los antiguos modelos y cobran una importancia creciente el aprender haciendo y la capacidad para innovar, de aquí que  la dinámica cognitiva en las sociedades de hoy  se ha convertido en una cuestión crucial  admitiéndose cada vez más la necesidad de reforzar la dimensión educativa  o de aprendizaje.

             La situación  da lugar a la aparición de una  cultura de la innovación en la cual los conocimientos, las técnicas y las instituciones corren cada vez más el riesgo de que se los consideren  obsoletos por eso en el presente la propia cultura se construye basándose, más en el modelo de la creatividad y la renovación, que en el modelo de la permanencia y la reproducción. La generalización del aprendizaje en todos los niveles de la sociedad tendría que ser la contrapartida lógica de la inestabilidad permanente creada por la cultura de la innovación y  la búsqueda constante de la novedad debe  sentar bases duraderas y tener en cuenta las perspectivas a largo plazo, sin desecharlas en beneficio de la rentabilidad y la moda a corto plazo.

            En este sentido  las sociedades del aprendizaje tienen que afrontar forzosamente en el  presente siglo  el  desafío de  armonizar la cultura de la innovación con una visión a largo plazo. Surge aquí la necesidad de la valorización de los conocimientos producidos y es que  la innovación sólo existe cuando una invención encuentra un empresario que la valorice, respondiendo a una demanda de la sociedad. La innovación exige a menudo tiempo para desarrollarse plenamente, generalmente ha sido necesario esperar el paso de una generación  a otra para que forme parte de las costumbres e implique un auténtico aprovechamiento compartido destacando la dimensión social de la creatividad.

            Cabe destacar que en las  sociedades de la innovación, la demanda de conocimientos estará en relación con las necesidades constantes de reciclaje porque  la demanda de conocimiento será mayor que nunca, pero sus modalidades cambiarán. Ya no se tratará de poseer una formación para desempeñar una actividad específica que corre el riesgo de volverse rápidamente obsoleta a causa del progreso científico y tecnológico, hasta se podrá  imponer que en el futuro los títulos académicos lleven una fecha de caducidad, a fin de contrarrestar la inercia de las competencias cognitivas y responder a la demanda continua de nuevas competencias. En síntesis se puede afirmar que la  innovación y renovación permanente son los desafíos de una nueva cultura.

            Desde esta óptica, aprender, constituye  un valor clave de las sociedades del conocimiento,  el fenómeno del aprendizaje está destinado a generalizarse en las sociedades a todos los niveles, y también está llamado a estructurar la organización del tiempo, el trabajo y la vida de las instituciones. Esa evolución ilustra un cambio de paradigma: por una parte, la educación o el aprendizaje ya no se limitan a un espacio-tiempo determinado y definitivo, sino que deben continuar a lo largo de toda la vida; y por otra parte, el ser humano vuelve a ocupar un lugar esencial en la adquisición y comunicación permanentes de los conocimientos se trata de un retorno a la dimensión específicamente humana de los conocimientos.

 
            Cabe destacar que la finalidad de la enseñanza no es desarrollar de modo equivalente todas las formas de inteligencia en todas las personas, sino saber determinar los enfoques que corresponden mejor a la inteligencia de cada uno. Esto supone, por consiguiente, una reflexión profunda sobre la evaluación de los conocimientos, tanto de los educandos  como de los docentes e investigadores. Asimismo, en el contexto de un enfoque multifuncional del aprendizaje, el docente en sentido amplio debería estar en condiciones de ponerse en el lugar del educando para experimentar él mismo la estimulación que representa el acto de aprender y poderla transmitir a su vez. Para que las sociedades del aprendizaje se desarrollen, es necesaria una cultura del aprendizaje que valore al docente tanto como al estudiante y generalice este tipo de relación más allá del marco educativo.

            Por último se resalta la diversidad de las modalidades de acceso al conocimiento, las cuales  constituyen  una de las características más importantes de las sociedades del aprendizaje. Esta diversidad guarda relación con el fin de dos monopolios: el de la institución escolar y el del libro. La primera  sigue desempeñando todavía un papel esencial y  los libros, en general todo lo impreso, no están en vías de desaparecer además  las innovaciones tecnológicas frecen a los profesionales del sector de la edición nuevas posibilidades de desarrollo.

             Sin embargo, la revolución digital, al transformar la relación con el conocimiento, acelera significativamente la erosión de los citados monopolios. Cabe preguntarse de qué manera el libro que fue durante tanto tiempo el instrumento emblemático de la circulación del conocimiento, va a evolucionar con los nuevos soportes. Cabe suponer que surgirán formas híbridas del libro y que la tecnología creara  métodos que satisfagan cabalmente la cuestión digitalizada de los libros.

             Por su parte el futuro de las bibliotecas depende en gran medida de la capacidad de las sociedades para trascender la lógica mercantil de la sociedad de la información e instaurar nuevos modelos en los que sean los conocimientos y su valor cognitivo quienes generen valor. La biblioteca es desde hace mucho tiempo un lugar en el que se aprende a aprender y en el que se transforma la información en conocimiento .En las sociedades basadas en el aprendizaje a lo largo de toda la vida, las bibliotecas tienen que  seguir promoviéndolo y facilitarlo a todos los niveles.

 
                                                                                           Conclusiones.

                  Según el análisis realizado a diferentes lecturas relacionadas con las sociedades del conocimiento se coincide con las mismas en establecer las siguientes conclusiones:
            Las sociedades del conocimiento ofrecen nuevas posibilidades al desarrollo humano.

             El desarrollo de las sociedades del conocimiento se puede comprometer por dos factores: el primero el riesgo de promover un modelo único basado exclusivamente en las exigencias de la economía del conocimiento el cual ahondaría inevitablemente las brechas ya existentes y conduciría a la aparición de nuevas formas de exclusión, no sólo entre los países más desarrollados y los demás, sino dentro de cada país. Segundo la tendencia prácticamente generalizada a caer en el determinismo tecnológico.  En efecto, una visión mecánica de la innovación no puede caracterizar este fenómenoque, por definición, es imposible de pronosticar.

            Una genuina evolución hacia sociedades del conocimiento sólo puede ser el resultado de la definición de objetivos a largo plazo para las sociedades, basándose en consultas democráticas abiertas al conjunto de los protagonistas sociales.

Referencias.
UNESCO (2005) Hacia las sociedades del conocimiento
                http//www.unesco.org/publications